Mentalidad creativa Vs. Mentalidad de Negocio
- Titi Delgado
- Aug 22, 2023
- 5 min read
Hace unas semanas me terminé el libro “The Creative Act: A way of being” de Rick Rubin – un productor discográfico estadounidense-, un libro que desglosa el proceso que viven los artistas cuando le están dando forma a sus creaciones. El libro explica las etapas por las que pasa el artista, los vicios, las dudas y los retos que, por lo general, lo atraviesan durante ese proceso.
A medida que leía el libro, sentía la energía corriéndome por todo el cuerpo como diciendo “Sí, esta eres tú”, “Sí, así te sientes tú”, “Eso te pasa a ti”.
Y ese fue uno de los primeros grandes aprendizajes: Yo no soy pintora, ni escritora, ni poeta, pero sí soy una artista. Mi mente creativa crea para comunicar el reflejo de quien estoy siendo.
Esto me hizo entender muchos retos que viví como emprendedora queriéndome alinear a la mentalidad de negocio que no tengo de forma innata y que atropellaba, en muchos casos, a mi naturaleza creativa; me ayudó también a ponerle nombre y apellido a las etapas por las que paso cuando decido crear algo y a entender qué es lo que quiero sumar a mi repertorio de habilidades, sabiendo que este enfoque creativo me aporta en algunos aspectos y en otros no.
Hoy te quiero compartir algunas de mis reflexiones pues si te consideras una mente creativa y ese es el abordaje que tienes a todo lo que haces, quizá has vivido algo parecido y encuentres aquí alguna joyita con la que te quieres quedar:
1) El artista crea como una forma de auto expresión. El dueño de negocio crea para satisfacer una necesidad del mercado: Para los líderes de negocio que tenemos mentes creativas esta es una de las diferencias más importantes a tener en cuenta porque queremos crear para comunicar quiénes somos, cómo pensamos, cómo vemos la vida. Es así como nos sentimos alineados. Pero si eso que queremos crear y está alineado con nuestra autenticidad, no se alinea con la tendencia o la necesidad del mercado, podemos sentir presión y bloquear el proceso creativo. Además de que, como todo ser humano, pasamos por etapas de vida y circunstancias que nos van moldeando nuestras perspectivas de vida y esto también se refleja en nuestro trabajo. La pregunta con la que me quedo como “check in” a la hora de crear productos y servicios:
¿Cómo puedo hacer de esta creación que refleja quién estoy siendo, una creación que responda de manera más directa a mi cliente ideal?
Esto me ayuda a no forzar a mi mente, de entrada, a crear algo sólo pensando en satisfacer una necesidad externa, y, al mismo tiempo, a crear pensando en solucionar un problema que tiene mi cliente ideal.
El ejercicio está en encontrar en la necesidad de mi cliente, la fuente de inspiración de mi proceso creativo.
2) El “core business” de un artista es crear y, usualmente, esas creaciones nacen desde su zona de genialidad. El dueño de negocio requiere un control de gestión, independientemente de si está o no en su zona de genialidad: Como dueña de negocio con mente creativa, el que las cosas fluyan sin forzarlas es señal de que “es el camino”. Y cuando no sentía que fluían, pues me iba al otro extremo. Control, control, control. Y desde ahí, hacía lo que tenía que hacer, pero no era sostenible. De alguna forma u otra, siempre me llega el momento de renunciar porque termino agotada. Recientemente he estado trabajando en cómo vivo la diferencia entre el control y el poder personal. Aunque suene bastante obvia, esta era una diferencia que, para mí, en la práctica, era inexistente. Yo creía que mi poder personal venía de ejercer el control. Sabía que yo ponía la semilla de inspiración y a partir de ahí, me iba al extremo del control porque “era lo que se necesitaba para que las cosas salieran”. Después de leer el libro me quedó claro cómo diferentes etapas del proceso creativo requieren de diferentes habilidades y talentos en este sentido. Hay una fase del proceso de creación en las que ponemos nuestros talentos y habilidades al servicio del proceso y dejamos fluir. Y hay otra etapa del proceso en la que, además, sumamos otras habilidades y fortalezas que, como negocio, se requieren para apostarle al crecimiento. Y sí, algunas de ellas son las que usualmente, como artistas, o evadimos o delegamos. Me quedo con la pregunta:
¿En esta etapa del proceso qué significaría vivir mi creación desde mi poder personal cuidando mi zona de genialidad?
Si esta etapa del proceso requiere control de gestión, ¿cómo lo puedo ejercer desde mi poder personal?
3) Instinto Vs. Análisis: Hace poco escuché que la intuición es la sabiduría que almacena nuestro cuerpo después de experimentar situaciones en las que va adquiriendo información de su entorno y aparece en esos momentos en los que la necesitas como el “gut feeling”. Yo a veces pienso que tiene que ver con una conciencia del entorno y de este sistema viviente que estás analizando, como lo es el negocio en sí. Independientemente de esto, si eres como yo, probablemente, confías mucho en tu intuición al punto de tomar decisiones sólo basadas en ella. La realidad como dueña de negocio es que es en el análisis de la data y de los hechos, lo que realmente lleva a construir estrategias coherentes en función de objetivos definidos. Además, ese análisis sólido es base para comunicar, convencer y vender una decisión, una propuesta, una estrategia, una idea.
Como no pretendo soltar la confianza que tengo en mi intuición, hago el ejercicio de ingeniería inversa: Cuando siento que una opción es el camino por intuición, me detengo y me pregunto “de dónde llegó esa información”, “qué otro dato tengo internamente que me hace sentir esta como la vía a tomar” y empiezo a reconstruir el camino que me llevó a esa conclusión. Usualmente consigo muchos datos que son hechos irrefutables y muchas otras consigo datos que son percepciones con base en circunstancias específicas que pudieran variar. Esto también me da información y me hace pensar más allá. Me quedo con la pregunta:
¿Cuál es la información que tiene mi cuerpo almacenado que me hace sentir que este es el camino?
¿Qué otro tipo de información necesito para tomar una decisión estratégica basada en data?
Estas son sólo algunas de las diferencias más obvias que para mí saltaron al leer el libro. La verdad es que sigo trabajando en no ver la mentalidad del artista como una contraposición a la mentalidad de negocio y evaluando cómo puedo integrarlas ambas en función de la etapa en la que se encuentre mi creación.
Así que para quiénes me han preguntado en qué ando y qué estoy haciendo, pues, es esto: Internalizando estos insights para que lo próximo que venga, sea realmente sostenible y me llene de verdad <3 siendo fiel a quien realmente vine a ser.
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